Buscar este blog

viernes, 30 de octubre de 2015

Atrofia de las uñas y síndrome de uña rótula

Buenos días a tod@s!
¿Tienes las uñas atróficas? Si es tu caso, como bien sabes se trata de una atrofia o desgaste de la lámina de la uña, que provoca una pérdida de brillo a la vez que hace que las uñas presenten un aspecto más delgado y pequeño de lo normal. Esta anomalía hace que las uñas tiendan a empequeñecerse hasta a veces desaparecer. Puede deberse a una lesión, un defecto congénito o derivado de alguna enfermedad, pero en muchas ocasiones la causa es desconocida. El origen más común es un trauma o lesión, por ejemplo si hemos sufrido un golpe fuerte con un martillo mientras hacemos bricolaje o nos hemos pillado el dedo con un portazo. En estos casos se puede producir un daño en la matriz de la uña, que es el centro de crecimiento de la lámina de queratina que forma la uña. Paralelamente, si se trata de pies, este problema puede surgir por ejemplo en deportistas corredores que calzan deportivas demasiado pequeñas y que al hacerlo además no se cortan las uñas adecuadamente.
La atrofia puede ser pasajera o crónica, tras lesiones muy graves o si la causa genética es muy poderosa. Pero en general la uña atrofiada normalmente acaba cayéndose y vuelve a crecer sin complicaciones. El tratamiento para este tipo de malformación debe ir dirigido directamente a la causa de ésta, es decir, si no se conoce la razón de la atrofia es muy complicado curarla, pero si sabemos qué nos la provoca debemos ir a la raíz del conflicto. En mi salón, cuando veo una uña de estas características recomiendo que la persona vaya al dermatólogo, porque además este tipo de afección puede facilitar la aparición de hongos u otro tipo de infección ya que la zona no está protegida como debería. Cuando la uña sane, sí te recomiendo que vengas a verme para darle el mejor cuidado de belleza y reparador, pero no antes.

No debemos confundir una uña atrofiada con una con síndrome de rótula. Esta problemática es hereditaria de nacimiento y se muestra en uñas pequeñas y cóncavas, estriadas, blandas descoloridas y quebradizas. En estos casos, en los que además suelen estar afectadas ambas manos (o pies) de forma más o menos simétrica, sí que podemos tratar estéticamente el aspecto de tus uñas con la manicura sin posibles perjuicios como infecciones. 

Yo recomiendo construir la uña con acrílico o gel, y para los casos más severos –donde hay una grieta central en la lámina y la piel está visible- es aconsejable aplicar un tip de uña completa para tapar la fractura pero realizando la acción de pegado sólo a los lados, ya que si no los productos químicos utilizados durante la manicura pueden penetrar en el tejido cutáneo y causar irritación o alergias.

En cualquier caso, si crees que puedes tener una uña atrofiada o con síndrome de rótula te invito a acudir a mi salón para que podamos estudiar tu problema en particular y pensar el camino para la mejor solución, sea con un profesional de dermatología cuando se trata de atrofias o sea en el propio centro de manicura cuando hablamos de uña rótula. Si quieres que te ayude a empezar el proceso para volver a tener unas uñas perfectas que lucir y –sobre todo- recuperar tu confianza y autoestima, llama al 931 87 78 30 y pide cita. ¡Muchas gracias por vuestra lectura y hasta el próximo post!

Gretty Guerrero

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.